Platea del Festspielhaus de Bayreuth. © Bayreuth.es
Los asientos del Festspielhaus no son especialmente cómodos, ya que mantienen el mismo diseño, de madera, desde su inauguración en 1876.
En el guardarropa del teatro puedes pedir prestado de forma gratuita un cojín para hacer más llevadera la representación.
El principal problema de los asientos, y de la zona de balcones, son los constantes crujidos que cualquier leve movimiento provoca, que puede ser especialmente molesto si tenemos algún vecino inquieto, o comprometido, si los inquietos somos nosotros. La solución, la misma que los que abren caramelos durante la función: llevar memorizados los pasajes con tuttis orquestales para aprovechar a acomodarnos.
La parte de platea también presenta una especial incomodidad: no hay fila central. Por tanto, para acceder a cualquier butaca es necesario hacer levantar a todas las personas sentadas antes que nosotros. Conviene ser puntual, sobre todo si nuestro asiento está centrado, para no arrancar malas miradas de nuestros vecinos al obligarles a levantarse. No hay que olvidar la alta edad media de los asistentes al teatro.