El kilómetro cero del wagnerianismo es, sin duda el Festspielhaus, el teatro ideado por el propio Wagner donde se celebra cada verano el Festival con todas sus óperas desde 1876.
El teatro puede resultar algo sobrio, alejado del lujo, pero todo está pensado para disfrutar del drama en la escena. Por eso, el patio de butacas huye de la habitual forma de herradura y se asemeja más a los teatros griegos, donde la visibilidad y la audición son excelente en casi todas las localidades.
El teatro realiza visitas guiadas de 45 minutos por todos sus interiores, incluso es posible pasear por el escenario. Lamentablemente, y por cuestiones organizativas, estos tours solo pueden realizarse fuera de la temporada de Festivales, entre septiembre y mayo, por un precio de 7 €. Una razón más que suficiente por la que Bayreuth también tiene interés fuera de temporada.