Anillo de Janeiro - Boletín #336

Pedro II estuvo en el trono de Brasil durante más de medio siglo, cargo al que llegó con tan solo cinco años tras la prematura abdicación de su padre, artífice de la independencia de la metrópoli portuguesa. Era nieto de Francisco, el último emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, y fue educado desde niño para el ejercicio de su cargo. Viajó en numerosas ocasiones a Europa y en 1870 conoció a Friedrich Nietzsche y Richard Wagner. Poco tiempo después, un representante de Pedro II informó al compositor del deseo del monarca para que viajara hasta Río de Janeiro y escribiera allí una nueva ópera para una compañía italiana. El compositor alemán, enfrascado en los preparativos de El Anillo del Nibelungo, no le dio mayor relevancia a la propuesta, pero fue agradecido y devolvió la invitación a Pedro II, quien asistió en 1876 al estreno de la Tetralogía en Bayreuth. Nunca sabremos qué hubiera pasado si Wagner hubiera aceptado el encargo. ¿Sería hoy el festival wagneriano, y no los carnavales, el mayor atractivo de Río de Janeiro?