Tras una carrera como barítono, el cantante neoyorquino John Fiorito encontró en la docencia la forma de dejar su impronta en el mundo de la ópera. A finales del siglo XX llegó a su escuela un tenor que quería un cambio para ir más allá de lo que hasta entonces había sido su carrera, centrada en musicales como “El fantasma de la ópera” (3000 representaciones) o las operetas de Gilbert y Sullivan. Fiorito le dijo a Stephen Gould, que así se llamaba su nuevo alumno, que tenía que desaprender todo lo que sabia para empezar de cero. Gould se buscó un trabajo y abandonó durante un par de años los escenarios para estudiar. Su vuelta se convirtió en toda una revolución en los circuitos de ópera afrontando papeles como Florestan o Paul ("La ciudad muerta"), que antes le resultaban inalcanzables. Tras debutar en Siegfried, recibió la llamada de Bayreuth de mano de Wolfgang Wagner quien, para convencerle de su indecisión, le enumeró todos los fallos de los grandes heldentenores de la historia de Bayreuth. Desde 2004 hasta 2022, Gould acudió casi cada verano al Festspielhaus para convertirse, junto a Melchior y Windgassen, en el único tenor en cantar allí Parsifal, Tannhäuser, Siegfried, Tristan y Siegmund.
Este es el boletín número 346 de la Guía del Festival de Bayreuth enviado el 22 de septiembre de 2023. Si no quieres perderte ninguno, no lo dudes y suscríbete ya.