La vida de Wagner está tan documentada, primero por él mismo y después por su esposa Cosima, que resulta fácil realizar un diagnóstico retrospectivo de sus problemas de salud. Desde joven sufrió de erisipela, una enfermedad de la piel que le obligaría a usar ropa de seda, para evitar rozaduras. Por este motivo, y también para descansar de su ajetreada vida musical, hizo continuas visitas a balnearios por toda Europa, como era costumbre en la época. Otro estudio achaca a una posible jaqueca el martilleante inicio de Siegfried, con Mime en la fragua. Al final, los problemas de corazón acabarían con Wagner tras sufrir numerosas crisis cardíacas en los últimos meses de su vida. Con todo, no es de extrañar que Anton Pusinelli, su médico de cabecera durante casi cuatro décadas, fuera uno de sus amigos más cercanos.
Este es el boletín número 332 de la Guía del Festival de Bayreuth enviado el 16 de junio de 2023. Si no quieres perderte ninguno, no lo dudes y suscríbete ya.