Muchos años después de su muerte, el espíritu de Wagner seguía vivo en Wahnfried, la casa en Bayreuth donde vivió sus últimos años y donde yace enterrado. Al frente de ella y del Festival, su viuda Cosima se refería al compositor siempre como “El maestro”, y nunca por su nombre de pila. Años después, su nieta Friedelind desvelaría que, en sueños, Cosima sí pronunciaba el nombre de “Richard”.
Este es el boletín número 28 de la Guía del Festival de Bayreuth enviado el 14 de julio de 2017. Si no quieres perderte ninguno, no lo dudes y suscríbete ya.