Dado que la mayor parte de la producción wagneriana estuvo dedicado a la escena, pocas son sus obras que fueron orquestadas posteriormente. Una de ellas fueron los Wesendonck Lieder, escritos originalmente para voz y piano, de las que Wagner orquestó “Träume” para conjunto de cámara y con un violín como sustituto de la voz. Tras la muerta de Wagner, Felix Mottl orquestaría las cinco canciones para voz y orquesta. Por su parte, el Idilio de Sigfrido, original para trece instrumentistas, es habitualmente interpretada por una gran orquesta en las salas de concierto. Wagner también ejerció de orquestador en obras ajenas de Bellini, Rossini, Gluck o Johann Strauss.
Este es el boletín número 274 de la Guía del Festival de Bayreuth enviado el 22 de abril de 2022. Si no quieres perderte ninguno, no lo dudes y suscríbete ya.