Para Wagner, el drama lo era todo, y nada podía interferir de su impacto en el público. Por eso, cuando planificó el Festspielhaus escondió a la orquesta en un foso para que su presencia no fuera una distracción. Pero, tras el primer Anillo en Bayreuth, los resultados sobre las tablas no satisficieron del todo al compositor. A Luis II le confesó que hubiera preferido un escenario silencioso que potenciara la acción dramática, mientas que los Diarios de Cosima dieron fe de sus aspiraciones: “Después de crear la orquesta invisible, anhelo inventar el teatro invisible”.
Este es el boletín número 209 de la Guía del Festival de Bayreuth enviado el 15 de enero de 2021. Si no quieres perderte ninguno, no lo dudes y suscríbete ya.