Reina Kundry - Boletín #140

En 1957, Wieland Wagner puso su atención en la soprano francesa Régine Crespin, que por entonces contaba tan solo 30 años. Por medio de su compatriota el director Andre Cluytens, que había llegado a Bayreuth dos años antes, la cantante accedió a una audición. En el escenario vacío del Festspielhaus, Crespin interpretó delante de Wieland y Cluytens fragmentos de Elsa o Siegliende, todos ellos en francés, ya que no sabía una sola palabra de alemán. El nieto de Wagner se quedó prendado de su voz y le propuso contratarla pero, para la sorpresa de Crespin, no en uno de los papeles a priori más adecuados para su voz, como los que había interpretado, sino en la oscura Kundry. Régine se sintió algo intimidada ante la propuesta, por su juventud y la dimensión del personaje, pero Wieland lo tenía claro. Quería prescindir del aire centroeuropeo y nórdico que hasta entonces había tenido la desdichada mujer salvaje en busca de un sonido más mediterráneo, menos oscuro. La cantante se puso a trabajar el personaje y a estudiar alemán con la ayuda de un lingüista. Gracias a Parsifal Régine Crespine consiguió, por un lado, debutar en Bayreuth (1958) junto a Knappertsbusch; y, por otro, formar una familia, ya que poco tiempo después se casaría con Lou Brouder, el profesor que le había enseñado alemán.

 

Este es el boletín número 140 de la Guía del Festival de Bayreuth enviado el 20 de septiembre de 2019. Si no quieres perderte ninguno, no lo dudes y suscríbete ya.